domingo, 31 de octubre de 2021

La esencia del Murciélago (Valencia oculta#6 )

Esencia de murciélago, algo de lo que Valencia está llena.

EXTRAMURS
El Botànic

Callejero estás tan acostumbrado a verlos por todos los lugares de la ciudad, que inconscientemente los obvias, pero si eres un callejero que hace poco ha llegado a Valencia, tal vez te llame la atención el ver murciélagos por todos lados. Porque Valencia es como una especie de Gotham a la mediterránea dónde aparece el icono de Batman en cualquier sitio.  

El murciélago, icono representativo de los vampiros, del famoso Conde Drácula, y como no, de la festividad de Halloween, es el emblema heráldico de la ciudad de Valencia, al contrario que otras tienen leones para representar el valor, o dragones para la fiereza.

Existen dos historias para contar el origen de este símbolo, la real y la leyenda. Curiosamente se da como oficial en nuestra tierra la versión mítica.

Se cuenta que cuando la ciudad de Valencia era conocida como Balansiya y los callejeros eran musulmanes, estos sabían entrenar y domesticar a estos seres de la noche para que cazaran mosquitos, pues la ciudad contaba con infinitud de fuentes, albercas, acequias y el valladar de la muralla por donde se retenía agua estancada, un lugar perfecto para la cría de larvas de mosquito, un fantástico majar para los murciélagos.

Ejemplar de murciélago. 

Cuando Jaime I de Aragón sitió la ciudad de Valencia, allá por 1238, un viejo nigromante musulmán le auguró al Rey Conquistador, que mientras un murciélago pudiera sobrevolar todas las noches la ciudad de Balansiya, está se mantendría a salvo del poder de los cristianos.

Pero sucedió algo que no esperaban ni el bando moro, ni el cristiano, y es que un murciélago se enamoró de los colores del emblema aragonés de la tienda real.

Una noche cuando un grupo de guerreros islámicos acudieron al campamento cristiano de hurtadillas, el oído especial del murciélago detectó el sonido de las pisadas de esos hombres y para mantener la presencia de esos colores que tanto le atraían, el animalito hizo vuelos rápidos dejándose caer en picado sobre un tambor que había entre los aperos de los hombres del campamento.

El pequeño murciélago se dejaba caer una y otra vez fuertemente sobre el tambor, hasta que llamó la atención de los soldados que hacían guardia esa noche, alertados por el sonido fueron a ver que era ese constante: toc, toc, toc… y descubrieron la presencia de los musulmanes acercándose a la tienda donde dormía el Rey Conquistador, dando la voz de alarma y salvando, así, la vida del monarca.

Murciélago tocando el tambor
Montaje: I. Balensiya

Don Jaime al abrir la tienda para salir al exterior a ver lo que sucedía, el murciélago se coló dentro, quedando capturado en el interior de la carpa real. Al día siguiente la ciudad de Valencia, sin su murciélago protector, cayó en manos cristianas al rendirse el soberano Zayyan Mardanish.

Consciente del acto heroico del pequeño animalito que revoloteaba por la cubierta oro y grana de la tienda real, el rey Jaime decidió inmortalizarlo junto a los colores que tanto le gustaron, para que protegiera el escudo de esa nueva ciudad, que a partir de ese día era cristiana.  

Pequeño murciélago 

Esto es solo la leyenda que cuentan a los niños valencianos  en el colegio, y lo que comentan a los turistas que preguntan sobre ello. La historia real de este símbolo heráldico viene de la cimera del Rey Pedro El Ceremonioso, que en su yelmo tenía representado el dragón alado de San Jordi, patrón de Aragón. Algo más verosímil en la heráldica medieval, ya que la iglesia era más afín de la historia de San Jorge matando al dragón, que el murciélago emblema de los seguidores de artes oscuras.

En el Bestiario de Don Juan de Austria de Martín Villaverde en el año 1570 recoge lo siguiente:

«El murciélago es ave y animal que vuela de incierta manera de naturaleza, con alas de cuero que con unos pellejos corta el ayre y en el se sustenta. Anda entre las aves y animales con quatro pies y pare no güevos sino hijuelos de su forma y los cria con leche. Cerca, rodea y busca su pasto de la tarde, pasada la luz del sol, que con el sol no ve lo a á menester. Su pluma es vello y color pardo a manera de ratón. Chilla enhadosadamente.»

Murciélago representado en el siglo XV

Si nos adentramos mar adentro hasta Mallorca, podemos observar al igual que Valencia, está timbrada por este peculiar animal, debido a otra leyenda también atribuida al rey Jaime I, y es que se dice que el monarca protegió a un murciélago que se encontraba dentro de la primera mezquita consagrada como iglesia en la ciudad de Mallorca, que más tarde pasaría a ser la de san Miguel. Curiosamente, a San Miguel también se le representa con un dragón.

Supuesto yelmo de Jaime I con el drac alat.

Cimera del Rat Penat de la Real Senyera

El famoso dragón aparecía representado en los escudos de la ciudad de Valencia y Palma de Mallorca, pues ambas estaban gobernadas por los reyes de la Corona de Aragón. Con el paso del tiempo, y las reinterpretaciones artísticas en pintura y orfebrería, este drac alat, se convirtió en un rat penat.

Cabe decir que, en 1878, Constantí Llombart y Teodoro Llorente fundaron una asociación para defender la cultura y la lengua valenciana, llamada Lo Rat Penat, usando este animal como emblema. Así pues, el murciélago que conocemos hoy en día, empezó a usarse a finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando el movimiento del Nacionalismo en la política, el Romanticismo en el arte y la Renaixença en la literatura, buscaba la idealización del pasado, las viejas glorias, las leyendas y mitificar a los héroes del pasado. Todo esto en un ambiente medieval. ¡Qué mejor que introducir esta leyenda del murciélago de la mano de nuestro amado Jaime I !

Desde entonces el murciélago aparece en todos los escudos de la ciudad y en los documentos oficiales.

Representación de murciélago en un antiguo documento. 

En la actualidad podemos ver el murciélago en los escudos de la ciudad, del Levante Unión Deportiva y del Valencia Club de Futbol, que como dice su canción alegórica: «Murciélagos al frente, valencianos hasta la muerte.»

Escudo de la ciudad y clubs deportivos
Montaje: I. Balensiya

También, aparece en el escudo del Real Club Náutico de Valencia, además de muchos escudos de los casales falleros de la ciudad.

Mientras en el escudo de Mallorca, el murciélago aparece representado del mismo color dorado que la corona.

Escudo de la ciudad de Palma de Mallorca

Finalmente, cómo curiosidad, en la ciudad del amor, Teruel, había un murciélago encima de la corona que conmemoraba la participación de los habitantes en la conquista de Valencia, pero desapareció en el siglo XIX, con el movimiento romántico antes mencionado, cuando crearon la nueva versión del blasón turolense solo con el toro y la estrella, en representación de la leyenda de Diego de Mancilla e Isabel de Segura, respectivamente. 

Escudo antiguo de Teruel

Así que Callejeros, si veis volar un murciélago o se acerca a vuestras casas, alegraos al verlo porque no es más que un símbolo de buena suerte, y de valor en nuestra tierra. ¡Pero cuidado! Es mejor no tocarlos y si se cuela en casa, esperar que se marche por si solo, o espantarlo con algún trapo para que salga por alguna ventana. 


Ejemplar de murciélago que se coló dentro de mi casa.
Fotografía: I. Balensiya

jueves, 28 de octubre de 2021

Abrevadero de las Palomas (Fuentes de Valencia #18)

Abrevadero de las Palomas en mayo de 2017.
Fotografía: I. Balensiya
CIUTAT VELLA
La Seu

Callejero hace unos meses atrás que comenzó la reforma de la Plaza de la Reina. Una reforma con la que han prometido nuevos cambios y mejoras en plaza. De momento lo único bueno que he visto, es el reencuentro con los viejos railes del tranvía y el hallazgo de los cimientos de unos edificios visigodos y un esqueleto de un antepasado nuestro. Lo malo es la pérdida de un árbol monumental y de una pequeña fuente, que pese de monumental, ni de ornamental no tenía nada. Servía como toma de agua para las casetas del mercado de l´escuraeta y lo más importante, como abrevadero de las palomas que han sobrevuelan la plaza de la Reina. 

Ahora esa pequeña fuente se ha perdido para siempre. Por eso no está de más dedicarle un pequeño articulo para que quede en registrada en la historia de nuestra ciudad. 

Captura desde Maps Street. 

La fuente la componía dos pequeñas albercas rectangulares, construidas en ladrillo de caravista. Su interior estaba lucido de cemento impermeable y decorada con un arbusto. El agua salía desde una pequeña columna de ladrillo y caía a una basa a sus pies, la cual rebasaba el agua a otra basa más grande. Las dos albercas eran de poca profundidad, un lugar ideal para que los pájaros pudieran bañarse o beber. 

Mi madre y yo en la fuente en mayo de 1997. 

A mediados de los años noventa se ve claramente que el pilar de donde sale el agua, tenía una especie de gárgola simple de ladrillo por donde caía el agua, esta fuente de autor desconocido, se ve que antes del año 2007 fue modificada pues se puede apreciar como el pilar tiene un pequeño remate en la parte superior, y la gárgola sustituida por un tubito que hacia caer un fino chorro de agua. 

Detalle del sutil cambio del caño
Fotografía: I. Balensiya. 


Ubicación en el plano a los pies del Miguelete.
Google Maps

jueves, 14 de octubre de 2021

La Librería Anticuaria de Rafael Solaz (Comercios emblemáticos#6)

Rafael Solaz en la puerta del establecimiento.
 Fotografía: I. Balensiya. 

CIUTAT VELLA
El Mercat.

Dejamos atrás la calle Calabazas ahora que sabemos de su origen, y nos adentramos en la llamada calle de San Fernando. Una calle relativamente nueva, en comparación de otras cercanas, pues su origen se remonta al siglo XIX tras una reforma urbanística de la que hablaremos dentro de unos pocos días.

Es la típica calle estrecha de la ciudad, de las que suele tener sombra dada por la altura y proximidad los edificios que la forman. Es una vía peculiar pues de ella emana un aroma que nos tranquiliza. Es la mezcla de la fragancia que surge de la tienda de tes y del olor a papel antiguo de un establecimiento bastante curioso. Se trata de una librería anticuario en cuya puerta los transeúntes pueden encontrarse cada día un escenario distinto. Pues tanto el escaparate, como la mesita y un par de sillas nos invitan a pararnos un momento.

Exterior de la tienda.
Fotografía I. Balensiya

Callejero ¿te apetece que entremos?

Al entrar nos llevamos la sorpresa de encontrarnos al mismísimo Rafael Solaz, investigador y bibliófilo, pues suele ser su hijo Rafael a quién encontramos siempre detrás del mostrador. Así que la idea de curiosear por la tienda y describirla la descarto en ese instante. En esta ocasión será el mismo quién nos cuente la historia de la Librería Anticuaria Rafael Solaz.

Después de saludarnos, y mirar los estantes de la tienda, nos sentamos en la mesa y comienzo a preguntarle cosas sobre su vida y su negocio. 

       Rafael Solaz en el interior de la librería.
 Fotografía: I. Balensiya. 

- Rafael los valencianos saben que eres bibliófilo e investigador. Tengo entendido que estudiaste dibujo y pintura. ¿Cómo surgió esa pasión por los libros e investigar el pasado de la ciudad ?

Eso es una gran pregunta, porque realmente en mi casa no había libros. Pero yo tenía una inquietud hacía ellos increíble, porque al no existir, o al no tener una facilidad para acceder a ellos eso hizo que tuviera una pasión. Y no te puedo contestar ciertamente, porque nadie me inculcó el amor por los libros, simplemente fue una cuestión autodidacta comenzar a leerlos, comenzar a apreciarlos y luego a coleccionarlos y que formen parte de mi biblioteca. La biblioteca la tuve que empezar desde cero.

- ¿El primer libro que leíste?

Las aventuras de Tom Sawyer de Mark Tawin. Es un libro clásico de niños, es el primero que tengo en uso de razón, porque a lo mejor en la escuela nos hacían leer “Vela y ancla” por ejemplo y cosas así, pero realmente el primer libro que compré y que leí en su totalidad fue ese.

- En 2001 escribiste tu primer libro. ¿Qué te llevo hacerlo? Como bibliófilo que eres ¿Qué sentiste al tener en tus manos tu primer libro publicado? 

Pues mira, yo trabajé en un banco y en el año 2000 me salí. Entonces disponía de más tiempo, que esa era mi ilusión y comencé a materializar aquello que estuve haciendo durante años de escribir notas, comentarios, artículos y todo eso derivó en el primer libro. Lo que naciera el primer libro, no te puedes imaginar… es como si hubiera nacido un hijo mío. Yo siempre considero que mis libros son hijos míos, a parte de los que tengo como persona – jajajaja – Los libros a mi, siempre, siempre que saco un libro mío, es mi hijo. Forman parte de mi vida.

La elegante tarjeta de visita de la tienda.
Fotografía: I. Balensiya.

- Tu segundo libro trató precisamente de la calle de San Fernando, donde está ubicada la librería. En su origen esta calle ya tuvo algunas imprentas. ¿Qué llevo a fundar esta tienda y cuándo fue? 

La librería exactamente la funda mi hijo, eso lo tengo que dejar claro. El vivió todo el proceso de la biblioteca que estaba en casa, y se quiso dedicar a ser librero. Es cuando buscó un local para establecer la librería, y yo he estado con el ayudándole a crearla. 

- Los cimientos de la tienda están asentados en la tierra, en la que tiempos atrás fueron los cementerios parroquiales de Santa Catalina y San Martín. A la gente este tipo de cosas les da repelús. ¿Tu tienes alguna superstición al respecto? ¿Has notado alguna presencia o vivido un fenómeno extraño? 

El esqueleto articulado de la tienda consultando los ejemplares.
Fotografía: Rafa Solaz

Superstición…¡Ninguna! Pero si que es verdad, que cuando comenzamos aquí a principios del año 2000, coincido con unas catas arqueológicas que hicieron la Consellería, por aquí enfrente. Yo hablé con los arqueólogos y dije que por aquí pasaba una acequia cubierta y había formado parte de esos dos cementerios: Santa Catalina y San Martín. Entonces me dieron la razón cuando hicieron esas catas, porque salió parte de la bóveda de la acequia, y una gran cantidad de restos óseos increíble.


La gata estrella de la librería.
Fotografía: Rafa Solaz

- Hablando de temas espirituales. Los gatos son guardianes espirituales. En esta librería habitó la famosa gata Blanca. ¿De dónde surgió esta felina? ¿Cómo fue su vida en este lugar? La gata un día se perdió. ¿Cómo apareció?

La gata blanca la recogimos de la calle, casi recién nacida estaba llorando. Nos dio pena, somos amantes de los animales, esta gata fue traerla a la librería, y pareció que estaba destinada a ella. Porque durante toda su vida, 18 años ha formado parte de la librería. Y ha sido un icono, ha sido la más fotografía, porque todo aquel que pasaba por aquí, no solo fotografiaba la librería, sino la gata. La gata lo sabía y se ponía posando. Ha sido una gata con la que nunca hemos tenido un problema de nada, entonces para nosotros la gata era la librería.

La perdida de la gata, fue una jornada negra para nosotros. Una vez que la gata desapareció. No es que desapareció, es que ella misma quiso desaparece, cuando supo que estaba cerca de su muerte. Entonces la estuvimos buscando, pusimos unos carteles por toda la zona del mercado, por si alguien se la encontraba y cual fue nuestra sorpresa. Que alguien reprodujo uno de los carteles en un grafiti en una pared, aquí al lado de la calle de San Vicente, y bueno eso fue muy sonado en Valencia ¡Incluso salió en los medios de comunicación!

Cuando se encontró estaba en muy mal estado, porque los gatos cuando saben que la muerte esta cerca, quieren pasar desapercibidos. 

Antigua fotografía de una familia adinerada.
Fotografía: I. Balensiya

- Dejando el mundo espiritual. ¿Has tenido alguna visita de algún personaje importante o famoso conocido, de fuera o dentro de Valencia? 

Es la presencia un día, vino a vernos Jaime de Marichalar, estaba casado con la infanta. Y nosotros teníamos a la venta una documentación del Conde Ripalda un antepasado suyo y se lo habían comentado, y vino a vernos en una de sus visitas a Valencia.

- En esta librería ha entrado mucha gente a lo largo de su existencia. ¿Alguna anécdota épica que contar? ¿Alguna historia graciosa o curiosa ?

Historias son muchas, aquí a diario ocurren cosas. Esto no es una tienda, sino una librería especializada en libros antiguos y hay cosas curiosas. Es una librería y siempre hay historias que contar.

- Los callejeros valencianos - y no valencianos - que se acerquen a la tienda. ¿Qué tipo de libros y documentos pueden encontrar ?

Fíjate, aquí, considero no solo la librería esta, sino otras de libro antiguo son sorpresas. A lo mejor vas buscando un libro concreto, pero el visitante ojea, y dice «Esto me gusta» Sobre todo viene mucha gente buscando sus recuerdos. Recuerdos de su infancia, libros que estudiaron cuando eran pequeños y que ahora, a lo mejor han pasado 40 años, y van buscándolos porque es una forma de recuperar la infancia. Y esto puede pasar. Luego hay coleccionistas de un tema en concreto. 

Un antiquísimo ejemplar de libro hecho en pergamino. Fotografía: I. Balensiya. 

- Sobre los libros y tu bibliofilia. ¿Cuál ha sido el libro más antiguo y el más extraño o curioso que has conseguido?

El más antiguo tengo unos sermones de San Vicente Ferrer 1488, tengo algún manuscrito más antiguo. Pero libro impreso, ese. ¿Curiosos?... ¡Son tantos! Cada uno tiene su historia, pero por ejemplo el Manuscrito de Carsí, que fue toda una sorpresa encontrarlo. Porque todos los historiadores hablaban de él, pero no había aparecido nunca y yo lo compré en Madrid. Extraño, uno de exorcismos, que tengo varios. No es que fuera muy extraño, porque se hacían libros de ese tema desde tiempo antiguos, pero si que tengo uno, que pone unas oraciones manuscritas contra el demonio. Curioso…

Solaz mostrando uno de los ejemplares centenarios. Fotografía: I. Balensiya. 

- ¿Qué se siente cuando tus manos pueden tocar libros de más de 100 años?¿Piensas, aunque sea unos segundos, sobre quién lo escribió o quienes pudieron tenerlo en su biblioteca personal?

+ ¡ Eso es una buena pregunta! Porque yo siempre que cojo un libro antiguo, pienso primero: En el autor ¿Qué sería? ¿Cómo sería? Ponerle cara al autor… Luego en la imprenta que se hizo, ese operario que ponía las letritas, los tipos que se llamaban, para conseguir ese libro. ¿Dónde se vendería? ¿Cuáles serían los lectores de hace 100 o 200 años? ¿Qué fue de esas vidas? Todo eso lo pienso mucho, cuando yo leo un libro antiguo, siempre me pongo como si estuviera viendo la época en que está escrito. ¡Sea del tema que sea! Por ejemplo, este libro está escrito en 1800, te emocionas y piensas: ¡En unos años será la Guerra de la Independencia !

La calavera que cambia de ubicación por la tienda. Fotografía: I. Balensiya. 

- Por curiosidad. Tu archivo o biblioteca personal. ¿De cuantos volúmenes esta formada? ¿de cuantos documentos y documentación gráfica hablamos?

Actualmente voy por la ficha de libros 11.500. Hay libros modernos, libros antiguos. De la época incunable hasta nuestros días. Luego están los documentos manuscritos, yo no los considero como un libro, pero si como obras, que también las tengo registradas, son 1000 y pico. Luego están las 20.000 fotos de todo tipo, sobre todo toda la foto de la ciudad de Valencia, que tenga que ver con Valencia o que sean costumbristas, son interesantísimas. Eso lo tengo sin catalogar.

La tienda cuenta con una inmensidad de libros muy curiosos. Fotografía: I. Balensiya. 

- Estos días en Valencia se está celebrando la Feria del Libro, los valencianos suelen comprar unos pocos libros. En tu caso ¿Existe alguna objeción por parte de tu familia a tener tantos libros en casa?

Efectivamente. Hay veces que tengo que entrar en casa a escondidas, porque si no es «¿Otro libro?» Eso sí, llegó un momento que tuve que adquirir un estudio para guardarlos.

Rafael con uno de los facsímiles de la Sociedad Bibliográfica  
                     

- Finalmente, sobre la Sociedad bibliográfica Valenciana Jerònima Galés. ¿Qué puedes contar sobre ella?

Eso es una sociedad bibliográfica, que se estableció hace unos 27 años, y bueno hay una serie de bibliófilos, que como socios amantes de los libros. Editamos una serie de facsímiles, libros, y últimamente hemos editado dos planos el de Mancelli del siglo XVIII. Ejemplar único en Valencia que lo tiene el ayuntamiento y que hemos considerado que un ejemplar solo ya que el ayuntamiento no ha hecho reproducciones. Pues se debía de hacer. La sociedad bibliográfica hacemos eso, somo humildes. Tenemos también conexión con otros bibliófilos, coleccionistas y demás gente del gremio del libro. Este tipo de sociedades han existido en Valencia desde el siglo XVIII, pero no han durado tanto como la nuestra. El nombre se debe a la primera impresora valenciana que tuvo ese taller.

Después de esta pequeña entrevista, Rafael me acaba dedicando uno de sus libros. 

Dedicatoria del escritor.
Fotografía: I. Balensiya

sábado, 9 de octubre de 2021

LA HISTORIA DE LA ESTATUA ECUESTRE A JAIME I: 130 años de pura devoción. (Historia de Valencia #8)


Estatua Jaime I en el Parterre.
Fotografía: I. Balensiya.
CIUTAT VELLA
La Xerrea

9 de octubre de 2021. Hoy, como todos los 9 de octubre, los valencianos nos dirigimos tots a una sola veu al Parterre para entonar el himno regional, tras colocar la corona de hojas de Laurel a los pies de la estatua ecuestre de Jaime I El Conquistador.

Valenciano, seguro que has cantado con respeto y has admirado la estatua con devoción casi religiosa. ¿Pero acaso sabías que este año es su 130º aniversario?

Detalle de la corona de Laurel
Fotografía: I. Balensiya


Nos tenemos que remontar al siglo XIX cuando surgió la idea de crear este monumento. Fue en una tertulia que se organizó en 1875 por Teodoro Llorente, director del periódico Las Provincias. Los tertulianos pensaron que Valencia tenía que homenajear el sexto centenario aniversario de la muerte del Rey Conquistador en 1876 y presentaron la propuesta al Ayuntamiento, pidiendo la construcción de tal estatua. Ese documento lo firmaron: Teodoro Llorente, Vicente Querol, Eduardo Attard, Juan Reig, Feliciano Llorente, José Fernández Olmos, Vicente Graus, Aurelio Querol, Bernando Ferrandis, Rafael Ferrer y Bigne, José Brel y Juan Navarro Reverter.

El Ayuntamiento con mucho gusto acepto la propuesta, y nombró una junta rectora del monumento el día 13 de junio de 1876. La cual fue dividida en dos secciones, una que atendió al estudio de la estatua y otra a recaudar fondos para su construcción.

La Junta fue presidida por el alcalde accidental F. Llorente y Ferrando quien decidió que el monumento sería la imagen del rey a caballo, estaría hecha de bronce de tamaño y medio mayor que el natural y se sufragaría por suscripción pública.

Llegó el primer contratiempo y anécdota: la estatua no estuvo hecha para la fecha del centenario, por falta de recursos económicos. Para que el entusiasmo de los valencianos no cayera, se acordó en 1878 construir el pedestal, que fue realizado por el arquitecto municipal Vicente Constantino Marzo, con una altura de siete metros y medio. El material escogido fue piedra de Almorquí, una piedra muy resistente a las condiciones extremas y que no se fisura y que ha sido utilizada durante más de siete siglos como material de construcción en nuestra tierra, sobre todo en la zona de Novelda. 

La estatua durante la Riada de 1957, las aguas alcanzaron los 5 metros.
Fotografía coloreada por I. Balensiya

Un año más tarde en el Boletín Oficial del Estado, aparece la convocatoria dirigida a los escultores valencianos para realizar la estatua. Se presentaron: Moltó, Yerro, Gilabert y Aixa. 

Segunda anécdota: Ningún diseño de los escultores valencianos agradó y el concurso de declaró desierto.

Dado que el concurso realizado a los artistas valencianos había quedado sin resolver, al no convencer ninguno de los proyectos. La Junta encargó el notable escultor catalán Agapito Vallmitjana la obra.

El escultor realizó un diseño que maravilló a la Junta, por lo tanto, dieron su aprobación, pero… ¡Generó una gran polémica con escultores valencianos!

Boceto que presentó Vallmitjana. 
Institut d´Historia de Barcelona. 

Por el otro lado, el escultor Vallmitjana tenía 55 años y ya era un artista consagrado. Procedía de una familia modesta, había ingresado muy joven en la Academia Provincial de Bellas Artes de Barcelona, su ciudad natal. Su carrera despuntó al especializarse en escultura religiosa y funeraria.


Fragmento del modelo en madero de Vallmitjana
Se conserva en el Archivo Histórico de Valencia.

Tercera anécdota y leyenda urbana: Se dice que cuando Vallmitjana recibió el encargo de diseñar la estatua estuvo buscando un caballo que le sirviese de modelo. Tenía que ser un corcel digno de un rey: veloz, fuerte y de gran tamaño. Finalmente lo encontró, un caballo percherón que pertenecía a un comerciante llamado Rafael Martí, el cual lo usaba para trabajar.

Según se iba tallando el caballo en madera, mas emocionado estaba el comerciante, de la inmortalización de su caballo. El hombre había sido soldado miñón y recordaba esa época como la mejor de su vida, por eso el momento en que se vertió el bronce líquido en el molde, Rafael dejó caer su sombrero militar, que aun usaba, dentro del molde. Quería que el recuerdo de la mejor época de su vida, acompañara la imagen de su caballo. Con la emoción del momento histórico, no se acordó de coger el dinero que había ahorrado y guardaba escondido dentro del sombrero. Así fue como se fundió en el bronce a 900º grados su sombrero militar de miñón y un billete de mil pesetas, los ahorros de toda una vida. 

Billete de 1000 pesetas de 1880. 

El contrato con el catalán se firmó por la cantidad de 50.000 pesetas, satisfactoriamente acabó su obra el 29 de abril de 1886, pero el rencor de los artistas valencianos contra la Junta aún continuaba como bien apareció publicado en Las Provincias:

«Si Valencia es, sin duda, el centro pictórico de mayor importancia de España, Barcelona es el primer centro escultórico, de ello han de salir obras para todas partes, de todas ellas, una sola es la que en Barcelona ven salir con sentimiento, una sola es la que allí ha merecido los honores de que se la quisiera reproducir para no desprenderse de ella: la estatua ecuestre del Rey Don Jaime, hecha por D. Agapito Vallmitjana. El ayuntamiento de aquella capital acordó pedir al de Valencia que le permitiese fundir otro ejemplar, para colocarlo en la plaza Real, viendo que esto ofrecía grandes inconvenientes, ha pedido al escultor que haga para Barcelona otra estatua del Rey D. Jaime. Pero esto será porque los catalanes no entienden, porque ya hemos convenido aquí, en “petit comité” que la estatua es un “buñuelo”».

Fuese o no del gusto del grupo de los artistas valencianos, con el modelado de la estatua acabado, había que pasar a la segunda parte del proyecto: su fundición, había que escoger al fundidor que transformara el modelo de madera en un bronce artístico.

La cuarta anécdota: Esto es España y fueron a encargarlo al más barato.

Así lo atestiguan los documentos:

«Era muy normal en Valencia el deseo de que, ya que no había podido construirse la estatua por un escultor valenciano, hicierase su fundición en talleres de esta ciudad. La Junta erectora abundaba en estos sentimientos, pero creyó que, a fin de garantizar los intereses puestos a su cargo, debía abrir un concurso para dicha obra de fundición. A este concurso solo fueron llamados los fundidores españoles. El plazo concedido de termino el 20 de enero de 1887. Acudieron al llamamiento los Sres. Comas hermanos, de Barcelona que ofrecieron fundir la estatua por 36.000 pesetas, Alejandro Wolhguemosthm, también de Barcelona por 34.500, Vicente Ríos, de Valencia, por 50.000 y los Sres. Climent y Alacá, dueños de la Maquinista Valenciana por 30.000.»

Imperaba el deseo de fundir la estatua en Valencia, así en el concurso lo ganó La Maquinista Valenciana, cumplía el requisito de ser de la capital del Turia, y el añadido de ser la más económica. Pero como aún así seguían sin tener aún toda la cantidad de pesetas necesaria no se formalizó el contrato hasta 31 de julio de 1888, por medio de una escritura pública, entre el alcalde accidental D. Pedro Fuster y los Señores Climent y Alcalá.

En dicho contrato se decía que se comprometía a entregar a la Junta una estatua fundida en 15.000 kilos de bronce, estaría aleada en 914 milésimas de cobre, 54 de zinc, 17 de estaño y 15 de plomo y la plancha debía tener el espesor mínimo de 10 milímetros. La entrega se haría en 8 meses y la colocación sobre el pedestal corría de cuenta de La Maquinista Valenciana.

Así lo hizo saber El Almanaque de las Provincias en 1892.

El 10 de agosto de 1890 el modelo de madera del rey Jaime entró en los talleres de La Maquinista Valenciana. La familia Climent durante dos años pudo decir que fue “la casa del rey”. Lo que hizo que la fundición fuera uno de los lugares más visitados por las personalidades de la ciudad, además de foco de mira de la prensa, especialmente del periódico Las Provincias, ya que su director fue uno de los iniciadores del proyecto.

El segundo inconveniente: La Maquinista Valenciana no pudo terminar el monumento hasta cinco años después.

La quinta anécdota: Durante 13 años Valencia tuvo un pedestal de piedra sin estatua alguna.


Vista general del Parterre, al fondo el pedestal sin Jaime I (1888)
Fotografía coloreada por: I. Balensiya

Continuemos con el proceso de fabricación y la anécdota sexta.

Necesitaban materia prima para hacer la estatua es por ello que consiguen que el Ministerio de Guerra le cedieran cinco cañones y un obús del Castillo de Peñíscola, autenticas obras de museo militar, que tenían arrinconadas en la fortaleza castellonense. El 30 de enero de 1887 los operarios de La Maquinista Valenciana, comenzaron a cortar en trozos los cañones, para poder dejarlos en meros bloques de bronce listos para ser fundidos.

Una vez pagado el contrato, la empresa de fundición trasladó la estatua de madera desde Barcelona a Valencia, un proceso que se podía seguir día a día a través de las gacetillas que publicaba Las Provincias.

7 de agosto de 1888

Nos escriben desde Barcelona que el viernes comenzaron a cortar el modelo de la estatua del rey Don Jaime en los trozos que han de hacerse para dividirla y fundirla. Esta solo en tres: la cabeza y cuello del caballo, el cuerpo del jinete hasta la cintura y el cuerpo del caballo con las piernas del jinete. Para hacer estos cortes el ingeniero de la fundición del Sr. Climent se ha puesto de acuerdo con el escultor Sr. Vallmitjana y con la comisión de la Junta que está en Barcelona.

Las noticias se iban publicando en la prensa y eran seguidas con gran expectación por los valencianos. En agosto llegó a la ciudad el tercer inconveniente, la estatua era “demasiado” grande.

9 de agosto de 1888

Ayer regresó de Barcelona el Sr. Climent dejando facturada y dispuesta sobre el “wagon” la estatua del Rey Don Jaime. Ayer debió salir de aquella ciudad y llegará hoy, a pesar de haberse separado la parte superior del jinete del caballo resulto que este colocado en el vagón, no podía pasar túneles. Hubo necesidad de quitar el plinto de madera sobre el que descansa y cortar parte de la cabeza y cuello.

Cuando fue conducida la estatua de los talleres del Sr. Vallmitjana a la estación, en un camión muy grande arrastrado por ocho caballos, la gente se detenía a mirar aquella enorme figura hecha pedazos y los que conocían al Sr. Vallmitjana se complaciera de que procesa a fundirla.

Afortunadamente el traslado desde la Estación del Norte al taller de La Maquinista Valenciana, no ocurrió ningún incidente.

11 de agosto de 1888

Ayer tarde quedó depositada en los talleres de La Maquinista Valenciana el modelo en madera del Rey Don Jaime, el transporte por ferrocarril y la descarga se verificaron sin el menor incidente y menoscabo. Los Señores Climent y Alcalà se proponen montar dicho módulo antes de proceder a la fundición, para que puedan verlo los que deseen. Avisaremos el día en que quede expuesto al público. A propósito, La Ilustración Catalana, publica su último número un retrato del escultor Vallmitjana y de su obra la estatua del Rey Don Jaime.

Portada de la Ilustración.
8 de Febrero de 1891

El cuarto inconveniente La Maquinista Valenciana no cumplió el tiempo establecido en su contrato. Pronto comenzaría a tener problemas. Pero aun así una hurra resonó en el local en el primer momento en que el que con zozobra vieron derramarse fuera del molde una pequeña cantidad de metal fundido, pronto le sucedió un nutrido aplauso. Habían tenido el material suficiente para rellenar hasta el borde del enterrado molde. 

El Señor Climent fue felicitado por todos, cuando por fin extrajeron de los moldes la estatua, y despejar esa incertidumbre de que no había sufrido ninguna contrariedad. Valencia entera respiró aliviada, para la Feria de Julio podrían ver la estatua sobre su pedestal.

Quinto inconveniente: No todo fueron laureles para Francisco Climent, esa primavera el incipiente proletariado industrial valenciano, agrupado en el sindicato de la UGT y en centro anarquistas planta cara a la patronal con sus reindivincaciones de mejora en las condiciones de trabajo, especialmente en la lucha de la jornada laboral de ocho horas. Todas las industrias de Valencia se paralizaron, La Maquinista Valenciana, también.

En el meeting del 2 de mayo de 1890 que dio la agrupación de Valencia del Partido Socialista Obrero se exponen con claridad las reclamaciones, que plantean los trabajadores valencianos:

-        - Limitación de la jornada de trabajo de 8 horas para los adultos.

-        - Prohibición del trabajo de los niños menores de 14 años.

-        - Reducción de jornada para los trabajadores entre 14 y 18 años.

-        - Abolición del trabajo de noche, excepto algunas industrias cuya naturaleza exige un funcionamiento no interrumpido.

-        - Prohibición del trabajo de las mujeres en industrial que puedan perjudicarlas por ser mujeres.

-        - Abolición del trabajo de noche a la mujer y obreros menores de 18 años.

Todos los trabajadores valencianos, imitaron a los franceses, apostando por una huelga general con el único medio de lograr esas 8 horas de jornada laboral.

Las Provincias hizo crónica de ello.

7 de mayo de 1890

Una comisión de propietarios de fundidores y talleres de construcción visitó ayer mañana al Señor Gobernador, para pedir el apoyo de la Autoridad, a fin de que garantizase la libertad del trabajo. Manifestaron al Sr. Jimeno de Lerna que todos los operarios hallábase dispuestos a reanudar sus faenas, pero pedían la seguridad de no ser molestados por los huelguistas. Los operarios que no han hecho demanda alguna, volverán hoy a los talleres, si como es de esperar, con el apoyo de las Autoridades.

Ayer por la tarde se reanudaron los trabajos de fundición en La Maquinista Valenciana, protegiendo el edificio por las fuerzas de la Guardia Civil. Por la mañana se habían disparado dos petardos en la puerta de la fundición, produciéndose la alarma consiguiente, carreras y cierre de puertas.

Al día siguiente la huelga general se podía dar por dominada y los mercados y centros de reunión, el comercio y todo el resto de la ciudad volvían a tener un día cotidiano sin historia alguna. Este día no se hizo ninguna detención, pero las calles eran vigiladas y la Guardia Civil a caballo continuaba las rondas por el centro de la ciudad y los arrabales por las noches.

17 de julio de 1890

Ayer se reunió la Junta del monumento del Rey Don Jaime para tratar la fundición de la estatua. La Maquinista Valenciana se comprometió a fundirla y colocarla sobre el pedestal en el término de 10 meses que concluyeron en mayo último. No habiendo cumplido su compromiso, la Junta entiende que procede la escisión del contrato y ha autorizado a su presidente el Sr. Alcalde para tratar con dicha fundición y resolver lo que proceda.

Llegó una inquietante noticia: Se dijo que Francisco Climent había informado que la base de la estatua era más grande que el pedestal que debía soportarla. Se decía que la estatua en vez de ser tamaño y medio del natural, lo eran dos veces mayor.

Solo fue una falsa alarma. Las medidas eran perfectas. El trabajo siguió su ritmo como fue informando el periódico estrella de la ciudad:

21 de junio de 1890

Tocan a término los trabajos de fundición de la estatua del Rey Don Jaime y quizás antes de que termine la semana que van a empezarse las de remate con la fundición del busto, única pieza que queda para completar la gran figura ecuestre que, para gloria y ornato de Valencia, se ostentarán en una de sus mejores plazas.

Los trabajos de pulido y refinación también adelantan con rapidez, Limpias ya todas las piezas de los aditamentos de las intersecciones y junturas, han comenzado las de bruñido y ya puede observarse en las guarniciones y gualdrapas del jinete y el caballo, el buen efecto del claro-oscuro en la monumental figura, cuyas proporciones y grandiosidad se han hecho más visibles al reconstruir el modelo de madera que se ve ya armado en la sala central de la fundación del Sr. Climent.

Estatua acabada en la Maquinista Valenciana, al fondo la de madera.
Fotografía coloreada por: I. Balensiya

Finalmente, el 12 de enero de 1891 la estatua ecuestre del Rey Don Jaime I El Conquistador, fue colocada sobre su pedestal con una gran grúa, inaugurada el 20 de julio de ese año. Habiendo trascurrido dieciséis años desde la idea propuesta por Teodoro Llorente a su contemplación en el Parterre.

Grúa colocando la estatua en su pedestal.
Fotografía coloreada por: I. Balensiya

                                         
Momento de su inauguración, durante la Feria de Julio.
Fotografía coloreada por: I. Balensiya

Para poder solventar el rencor de los artistas valencianos, sobre el pedestal de piedra se colocaron el escudo de la Ciudad y el de la Casa de Aragón hechos por el escultor Aixa.

Valencia pudo homenajear al mejor rey que tuvo, con esta escultura dónde se aprecia el pictoricismo de un escultor, que destaca su severidad de imagen sacra. Representa al rey Jaime I montado a caballo que va al paso, el rey extiende la mano al frente en actitud de dirigir al tropa, como queriendo decir: Aquí esta Valencia. Todo en un estilo muy romántico. 

La imponente estatua que podemos ver cada día. 

Haciendo un rápido y breve análisis artístico de la escultura. Se aprecia que Jaime I está erguido en actitud regia, con los hombros alineados, con las piernas descansando sobre los estribos de su caballo, el cual está equilibrado en el suelo con tres patas y una levantada. Señal en el mundo de la estatuaria de que el jinete fue herido en batalla. 

Vista general y frontal del caballo con la pata levantada.
Fotografía: I. Balensiya

Existe un gran contraste de luces y sombras que se aprecia en las fosas nasales y orejas del caballo, al igual que la crin del caballo. Vallmitjana trepanó he hizo diversos planos de profundidad para poder tratar de representar los diversos contrastes de tejidos y ornamentos en las bridas del caballo, que tiene actitud rotunda, pero no muy violenta. Está totalmente controlado por su jinete. 


Detalle de la cabeza del caballo.
Fotografía: I. Balensiya

Lo mismo ocurre con la ropa del rey. Vestido con una sobrevesta con las barras de Aragón y una trabajada cenefa con filigrana. La cota de mallas nos indica carácter guerrero, al igual que su espada, es una espada de batalla, no para lucir. Pues no tiene joyas, es sencilla y práctica para la lucha. Esta espada es una copia de la que se conserva en el Archivo Histórico y dícese que perteneció a este rey. 

Ropas y arma del Rey Conquistador 
Fotografía: I. Balensiya

Su rostro esta severamente marcado y ha incidido en dotar de profundidad, para crear ese juego de luces y sombras y darle expresión con una mirada directa, seguro de si mismo en el campo de batalla impartiendo ordenes y señalando con su mano derecha el objetivo a tomar, Valencia.

Detalle del rostro de Jaime
Fotografía: I. Balensiya


Para concluir, cabe indicar la imagen de noche, con el juego de sombras y las luces del Jardín del Parterre, le da un aspecto fantasmal, como una aparición del pasado para recordarnos quien fue él, Jaime I: padre, protector y pacificador del Reino de Valencia. 

Vista nocturna de Jaime I en el Parterre. 
Fotografía: I. Balensiya