viernes, 21 de agosto de 2020

Benimàmet, su historia. I



Benimàmet. Fotografía Isabel Balensiya

POBLADOS DEL OESTE
Benimàmet


Benimàmet forma parte de la ciudad de Valencia desde el año 1882, por el Real Decreto del 21 de octubre de 1866, que ordenaba que se suprimieran todos los municipios con una población inferior a los 1.000 habitantes, formando así junto al municipio de Beniferri, el cual sufrió la misma suerte, el denominado distrito de Poblats de l´Oest (Poblados del Oeste).

En el plano lo encontramos ubicado al norte con el Camino viejo de Líria – act. Pista de Ademúz – y fusionado con Burjassot. Al oeste contiene su crecimiento el barranco d´Endolça y el este y el sur es un límite confuso entre Beniferri y Campanar.

Benimàmet se fundo al pie de unas colinas calcáreas y bordeando la tierra de aluvión, encontrándose entre el limite de las huertas de secano y regadío. Ese limite lo marcaba la acequia de Moncada. Para no desperdiciar las tierras de regadío, el pueblo se construyó en la parte más alta, donde no llega el agua de Moncada. Esta es la razón de esas calles en cuestas que podemos recorrer hoy en día.

Con el tiempo, a base de un pozo y nuevos ramales de la acequia de Moncada – Uncía y de los Frares -  se crearon nuevos regadíos en tierras de secano en las zonas conocidas como `El Secanet´ y `El Garroferal´.

Actualmente el Secanet es una calle llena de edificios.
Fotografía: Isabel Balensiya

En pueblo, en época islámica, se fue extendiendo a lo largo de esta acequia, convirtiendo su término en una rica huerta.


El nombre de la localidad también es de origen islámico. Etimológicamente deriva de “Bani Mahbit” que vendría a significar la familia de Mahbit, que era la dueña de la alquería que dio origen al asentamiento y futuro pueblo. Si consultamos los archivos, la primera vez que aparece escrito el nombre Benimàmet en un documento oficial lo podemos leer en el Llibre del Repartiment, concretamente en el asiento 666, folio 41.

Fragmento del Llibre del Repartiment donde aparece por primera vez el nombre,
subrayado en lima. 

« Entrega el 21 de agosto de 1238 a Sancius de Stada de casas y heredad, pertenecientes hasta entonces al Habrahim Alfachar de Benimahamet»


Un siglo más tarde, en 1310 ya se cita el pueblo en documentos con el nombre actual de Benimàmet.

Al llegar a la época medieval cristiana es cuando la historia del municipio se pone interesante, pues fueron muchos los señores y dueños de esta villa.

 En 1238, Jaime I el Conquistador lo dona a Sanç d´Estrada, primer señor cristiano de Benimàmet y todo su término.

Emblema de la familia Cavallerías.
Cuarenta años más tarde lo compra Gil Martínez de Entenza. Sus descendientes venderán la población, en 1361 por 80.000 reales valencianos, al llamado Magnifico Berenger de Codinats, el Mestre Racional de Valencia.

En 1453, Benimàmet y su término es vendido a Felipe de Cavallería, de la familia Cavallerías, quien hizo construir el castillo de Benimàmet.

Dicho castillo estaba ubicado entre la iglesia de San Vicente y el Camino viejo de Paterna y fue derruido en 1945.Cuando perdió su categoría como casa señorial, se convirtió en convento, luego en un colegio y por último en un cuartel de la Guardia Civil. Su ultimo propietario fue Enrique Blat Donderis “el potrero”. Su puerta principal miraba hacía Paterna, tenía un pozo y un árbol monumental, con un portal de arco redondo, con grandes dovelas y piedra, claustro de dos pisos y fábrica de ladrillo, patio empedrado y escalera de piedra.

De las últimas fotografía que se conservan del castillo.

En 1536, Benimàmet tendría su propia iglesia, ya que hasta entonces dependía eclesiásticamente de Burjassot. Mientras solo habían tenido una pequeña ermita con un sencillo altar dedicado a San Vicente Mártir que, en 1350, había mandado construir el señor de la villa.

Alrededores de la iglesia de San Vicente Mártir al atardecer.
Fotografía: Isabel Balensiya.

La actual iglesia de San Vicente Mártir
Fotografía: Isabel Balensiya
Los benimatenses se hicieron devotos de este diacono mártir, que lo tienen como el santo patrón del pueblo, después de haber remitido actas a Roma para conseguir el patronazgo  sobre la localidad, acompañándolas de testimonios de milagros y hechos prodigiosos para confirmar la presencia de ese santo en la zona y su gran estima.

Estima que le tenía San Vicente Ferrer, el fraile dominico que tanto pasó por Benimàmet camino a Paterna para evangelizar a los restos de población islámica. El santo valenciano venia a pie desde Valencia hasta Paterna por el actual Camino viejo de Paterna, que pasaba cerca de la ermita dónde se alza ese pequeño altar a su santo tocayo que tanta devoción le tenía. Lugar que aprovechaba para descansar, rezar y predicar a los habitantes de Benimàmet.

El diácono San Vicente Mártir aún perdura su recuerdo, no solo en la iglesia sino también, en el propio emblema del pueblo formado por el aspa donde le crucificaron y la rueda de molino a la cual ataron su cadáver y tiraron al río Turia, allá por el año 304 de nuestra era, durante la persecución cristiana en tierras hispanas.

Emblema de la pedanía.
Fotografía: Isabel Balensiya.

Regresando de nuevo a los señores de la villa. Sobre la ermita se construyó la actual iglesia, luego la familia Cavallerías vendió Benimàmet a Baltasar Ince de San Juan, quien por desgracia tenía un hijo con muchas deudas y puso el señorío de Benimàmet como garantía, finalmente lo perdió cayendo en manos del acreedor Miguel Juan de Talladas, quien para deshacerse de la villa se la vendió a los frailes jerónimos del Monasterio de San Miguel de los Reyes, quienes serían sus señores feudales desde el siglo XVI, hasta la Desamortización de Mendizábal en 1836.


En rojo las edificaciones que abarca el Benimàmet del siglo XIX




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