El cuadro escogido para representar el mes de Enero. |
"El Puente del Real" Valencia, 1908. Oleo sobre lienzo: 38 x 30cm. Actualmente en el Museo Sorolla de Madrid.
El cuadro escogido para representar el mes de Enero. |
Sorolla pintado "Clotilde vestida de negro" uno de los muchos cuadros que le dedicó a su amada. |
Estamos en enero, el primer mes de este año 2023 que va a ser especial para los valencianos, pues celebramos el Año Sorolla. 100 años de la muerte del llamado Pintor de la Luz, que tan enamorado estuvo siempre de la Tierra que le vio nacer.
Por eso para homenajear a este pintor y dado a los conocimientos que tengo como historiadora del arte, he decidido hacer una selección de doce obras de Joaquín Sorolla y analizar una cada mes, para que todos disfrutéis y descubráis a este gran pintor.
12 meses, 12 cuadros... mis 12 obras favoritas de Sorolla.
ENERO: El Puente del Real
FEBRERO:
MARZO:
ABRIL:
MAYO:
JUNIO:
JULIO:
AGOSTO:
SEPTIEMBRE:
OCTUBRE:
NOVIEMBRE:
DICIEMBRE:
Fuente a la Actividad Marinera Fotografía: I. Balensiya |
Un nuevo año ha llegado a nuestras vidas, y como hago desde hace unos pocos años, cada último día del año voy a ver el mar, ese mar que se difumina en la arena de la playa de la Malvarrosa que tantas veces pintó Sorolla.
Me gusta ver el mar, el vaivén del oleaje a la vez que hago una respiración oceánica a su compás acompañada de una meditación. Cada vez que la ola llega a la orilla, inspiro fuerte y pienso en las cosas que están por llegar, cada vez que la ola se mete a mar adentro, expiro y suelto todo lo negativo, todo lo pasado. Después de unas cuantas respiraciones de limpiar la mente al nuevo año, es tiempo de regresar a casa, pues la noche ya ha caído sobre Valencia.
Antes de cruzar la calle, me detengo un instante y observo a un lado del Paseo de Neptuno; una estructura de resplandeciente luz blanca que capta mi atención.
La llamativa estructura en la noche Fotografía: I. Balensiya |
Se trata de la fuente homenaje "A la actividad marinera" una construcción hidráulica diseñada en forma de barca de agua, que desplegó su vela por primera vez el 15 de diciembre de 1999.
Con un escaso armazón de metal, apenas unas líneas forman una barca que se completa con chorros y láminas de agua, para ofrecer al callejero que se acerque a ella la visión de una antigua embarcación de pesca como aquellas que pintaba Sorolla hace cien años.
Casco de la barca iluminado y formado por los chorros de agua. Fotografía: I. Balensiya |
La estructura de aluminio descansa sobre una gran base circular de granito que representa una rosa de los vientos - aunque por desgracia la mayoría de las veces está cubierta por arena que el viento del invierno deposita en ella - La barca de agua en el centro de esa brújula es una metáfora a que todos los vientos son buenos, que todos los caminos que escojas te llevaran a algún puerto, que solo tú sabes si será, o no, bueno para tu provecho.
"Migjorn" viento del sur. Fotografía: I. Balensiya |
"Llebeig" viento del suroeste. Fotografía: I. Balensiya |
"Ponent" viento del oeste. Fotografía: I. Balensiya |
"Mestral" viento del noroeste. Fotografía: I. Balensiya |
"Tramuntana" viento del norte. Fotografía: I. Balensiya |
"Gregal" viento del noreste. Fotografía: I. Balensiya |
"Levant" viento del este. Fotografía: I. Balensiya |
De la misma manera se colocaron los puntos de iluminación para resaltar su estructura por la noche, haciendo parecer al callejero una aparición fantasmal de unos tiempos ya lejanos.
El día que por fortuna se puede contemplar, observamos la brújula construida con mármoles rojos, grises y beiges. La brújula se completa sobre el borde del tazón de la fuente, donde aparecen grabados en el mármol los nombres de los puntos cardinales y sus vientos correspondientes.
Graciosamente los aliviaderos y desagües de la fuente fueron disimulados por unos cangrejos de bronce, aunque hoy en día han desaparecido debido a actos vandálicos.
Callejero, te recomiendo que en el día de hoy, o en los próximos, te acerques al lugar, contempla la barca de agua, deja que la brisa del mar te envuelva y guie tus pensamientos ¡Quién sabe a dónde te hará llegar! Pero sobre todo disfruta del momento como lo hizo el Maestro, y así se lo retrasmitía por carta a su esposa:
<<¡El agua era de un azul tan fino! Y la vibración de la luz era una locura. He presenciado el regreso de la pesca: las hermosas velas, los grupos de pescadores, las luces de mil colores reflejándose en el mar... me proporcionaron un rato difícil de olvidar. >>
Feliz Año Nuevo 2023. Bienvenido Año de Sorolla.
Fachada hoy en día del lugar. |
CIUTAT VELLA
El Carmen.
Hoy 21 de octubre es la festividad de Santa Úrsula, así que callejero camina conmigo, intérnate en la ciudad, y párate detrás de las antiguas Torres de Quart. Toma asiento en uno de los bancos de la plaza y te contaré... ¿Qué ocurre? ¿Estás nervioso? ¿Notas una extraña sensación? Todo eso es normal, pues te encuentras en la plaza de Santa Úrsula, uno de los puntos de la ciudad con más historia negra que ha tenido la ciudad.
Primero, déjame decirte que el nombre de la plaza proviene de la pequeña iglesia
que está ahí construida. El pequeño templo pertenece al convento adyacente. Dicho
cenobio nació como convento de las Agustinas Descalzas en 1605, bajo la
advocación de Santa Úrsula y gracias al patrocinio de San Juan de Ribera,
Arzobispo de Valencia por aquel entonces.
Antes de ser un convento
agustino, fue la Casa de las Arrepentidas, fundada por Juana Zucala, hermana
carmelita, que tras la bula concedida por el Papa Julio III en 1552, pudo dedicarse
a la protección de las mujeres que se dedicaban a la prostitución. A esta casa
llegaban todas aquellas prostitutas que bien habían abandonado el oficio por “arrepentirse”
de la vida alegre que decían llevar, o bien terminaban embarazadas y no
querían abandonar o abortar a su hijo, o porque tenían alguna enfermedad o por vejez
eran rechazadas por los hombres, no pudiendo ganarse la vida ejerciendo la
prostitución.
Estas arrepentidas quedaban amparadas
bajo Nuestra Señora de la Misericordia y Madre de pecadores. Cuando el gran
prostíbulo de Valencia dejó de existir, San Juan de Ribera promovió la
construcción de este convento en 1605, donde acabó sus días Sor Juana Zucala.
Dejando de lado la historia, el cenobio en sí no tiene mucha importancia arquitectónica para nuestra ciudad. Su iglesia está construida en ladrillos siguiendo el canon barroco de la época. Es de una sola nave rectangular, de cuatro tramos con capillas entre los contrafuertes y el altar cubierto por una bóveda de cuarto de esfera. El templo solo tiene una entrada a los pies del mismo. La portada está formada por dos cuerpos. En el primero la puerta con arco de medio punto y dos pilastras la flanquean alzándose sobre un zócalo, sin decoración alguna. El segundo un frontón curvo partido – típico del barroco - con una hornacina con una estatua de Santa Úrsula. El nicho está decorado con un frontón triangular esta vez, y unas bolas de piedra.
Detrás de este frontón, se
encuentra el coro donde las religiosas cantaban durante los oficios. En contraposición
en el altar mayor existe un lienzo de Santa Úrsula, y las imágenes que
ornamentan el resto del lugar artísticamente son muy pobres, siendo solo objetos
más de veneración, que de arte sacro.
En cambio, el convento tuvo que
ser totalmente reedificado en 1960 por el arquitecto Luis Gay Ramos.
Lateral del edificio donde se aprecia los contrafuertes. |
Este edificio y esta plaza
siempre han estado ligados al mal ambiente,
por llamarlo de alguna manera, pues no solo están esas mujeres arrepentidas, de
las que la gente de moral limpia huía por ser unas pecadoras, sino también, todas las señoritas de "mala conducta y moral distraída", quienes las monjas agustinas custodiaban durante las épocas de
Cuaresma y Corpus Christi.
Otro aspecto negativo de este edificio,
es que durante la Guerra Civil fue usado de checa, es decir, de centro de
interrogatorio y tortura por parte del bando republicando, siendo este lugar en
esta pequeña plaza, la checa más terrible y temida de toda España, según los
historiadores.
Interior de estas jaulas de castigo. Durante horas estabas en unas posturas que castigaban al cuerpo y lo agarrotaban. |
Imagen de una de las "camas" de obra inclinada con protuberancias para no poder descansar y el suelo lleno de ladrillos pegados para no poder tumbarse a dormir en el. |
Actualmente, el edificio pertenece
a la Universidad Católica San Vicente Mártir
de Valencia.
Plano original del Plan Sur. Fotografía: Kike Taberner. |
Visión del cauce del Turia nuevo. |
Noviembre de 2020, las fuertes lluvias hacen que el Turia se inunde. La estación de metro de la Alameda cerrada por inundación. |
Colección de Sellos del Plan Sur que podemos encontrar en casa de nuestros abuelos o padres. |
Vista actual del lecho del cauce nuevo. Fotografía: I. Balensiya |
Final del Plan Sur con el mar. |
Dentro de las páginas de uno de mis libros, vestigios de aquella leyenda, que fue real. Fotografía: I. Balensiya |
La Jacaranda del Jardín de Viveros. |
PLA DEL REAL
Exposición
Callejeros desde hace muchos años que os estoy relatando historias de los árboles extraordinarios de la ciudad. He ido a hacer fotos de muchos de ellos, y los he mostrado con gusto todos y cada uno de ellos. Pero durante este tiempo he estado sin mostraros uno de ellos: la jacaranda de Viveros. No quería que llegara el día que me tocara hablar de este árbol, pero por desgracia ha llegado. Y digo por desgracia, no porque me desgrade hablar de este árbol, sino lo que este representa para mí; el árbol favorito de mi abuela.
Mi abuela a finales de los 80 con la Jacaranda. |
Mi abuela siempre gustosa por las plantas, las flores y sobre todo los árboles me ha enseñado desde pequeña a cuidar de las plantas, a saber cuando es el momento oportuno para trasplantarlas, regarlas... En fin todo lo que se necesita saber sobre la jardinería. Porque fue miembro de la Escuela de Jardinería de Valencia, y también de la Asociación Valenciana del Bonsai.
En un congreso de Bonsai en 1986, junto al afamado bonsaista japonés: Yoshio Naka. |
En una exposición de ikebana y bonsai en 1987. |
Mi abuela junto a su rosal favorito. |
A todos vosotros, os ruego una oración por su alma.
Yaya... descansa en paz.
oooOOOooo
Sobre la jacaranda:
La Jacaranda es originaria de Brasil.
Su nombre en latín Mimosifolia
significa “hojas parecidas a la mimosa”. Es semicaducifolio y puede llegar
hasta 20 metros de altura; con una copa alta y ramas erguidas.
Llama la atención por su
floración violácea en primavera. Son flores tubulares de agradable aroma que
atraen a las abejas e ideales para jardines de estilo romántico.
La corteza del árbol es de color
marrón grisáceo.
Todas las entradas de los árboles extraordinarios de Valencia, se las dedico a mi abuela, quien me enseño la afición por la jardinería, y el gusto por los árboles contándome las historias y nombres de todos ellos junto el de las flores.
El Ficus del Parterre Fotografía: I. Balensiya. |
Callejero, hoy 28 de junio es el día de los árboles. Es por eso que quiero hablarte otra vez de un árbol muy especial que lleva plantado en la ciudad 170 años: el ficus del Parterre.
Desde la noche de los tiempos que los árboles han representado el Ciclo de la Vida. Un tema que se recoge en muchas culturas a lo largo y ancho del planeta Tierra.
Desde muy antiguo, los pueblos han sabido venerarlo con esmero, llenándolos de leyendas, magia y poderes sobrenaturales y medicinales. En ocasiones tomándolos como emblema para representar nobles apellidos o nombres de aldeas.
Los árboles son nuestros grandes protectores, nos dan oxígeno limpiando el aire que respiramos, nos dan fresco en verano, sombra cuando hay sol, frutos cuando hay hambre, flores para alegrarnos la primavera y se sacrifican por nosotros para darnos luz y calor al quemarlos. Además de papel para escribir sus memorias, mientras estamos ante un escritorio, sentados en una silla y bajo un techo construido con sus maderas.
Los árboles son esos padres amorosos y sacrificados que lo dan todo por proteger a sus hijos, hasta su propia vida. Un pensamiento que hoy en día, con las prisas de esta sociedad motorizada e industrializada llena de plásticos y materiales sintéticos, no nos paramos a pensar; salvo unos pocos que vamos aún caminando y tenemos tiempo para sentarnos bajo la sombra de los árboles para meditar sobre la vida.
Los árboles nos han dado la vida, y muchos fueron sacrificados para que hoy en día seamos lo que somos, y hayamos evolucionado, pero por desgracia los estamos olvidando.
Yggdrasil el árbol de la vida. |
Después el tronco, el centro, dónde vive el Hombre, que solo tiene una misión: cual hormiga debe recorrer la corteza del árbol divino: hacía arriba en busca de la espiritualidad, o hacia abajo buscando la perdición.
Por último, las raíces que se adentran en la tierra, representa el mundo subterráneo, el mundo de los muertos. Dónde el árbol se alimenta de la sustancia de aquellos que ya quedaron atrás para poder crecer y dar frutos para una nueva vida.
Estos preceptos son los que marcan, la llamada "Religión del Árbol".
Somos muchas las personas que llevamos el emblema de la religión del árbol colgando sobre nuestro corazón. |
Otro ejemplar en la mitología es el Árbol de las Hespérides de Grecia, que estaba custodiado por fieros monstruos impidiendo a los hombres comer los frutos portadores de la vida eterna. Una explicación divina al hecho de porque hay especies de árboles que pueden vivir cientos de años, pareciendo a los ojos del humano, inmortales. Por lo tanto, divinos.
Representación del manzano divino con sus fieros guardines. |
Cabe mencionar al Árbol del Conocimiento, dando constancia de la importancia de lo espiritual sobre lo material. Símbolo central en las religiones monoteístas judeocristianas donde se dice que se trataba de un manzano de apetitosas y tentadoras frutas, que hizo que pecaran Adán y Eva después de comer su fruto prohibido, ambos fueron expulsados del Paraíso. Conociendo así la dualidad del Bien y el Mal, la moral limpia, el pecado de la sexualidad y el pudor de la desnudez que durante siglos ha estado en la conciencia de las personas.
La manzana de la tentación del árbol divino. |
Uno de los muchos calendarios y zodiacos celtas de los árboles. |
De todos ellos, el más sagrado era el roble, pues otorgaba la fuerza y el valor para enfrentarse a todo. Para Roma también era un árbol sagrado pues con su madera era la única que podía alimentar el fuego de las vestales. En cambio, para los griegos fue el olio, pues de su fruto salía el aceite que servía para preparar alimentos, para alumbrarse y sanar el cuerpo con masajes. No es de extrañar que fuera el árbol de la diosa Atenea, la protectora de Grecia que curiosamente era representada en una lechuza, esa ave nocturna que suele dormir en las oquedades de las oliveras.
Otro árbol divino sería el caso del Laurel, en el cual Zeus convirtió a su hija Dafne tras ser perseguida por Apolo para así salvaguardarla. Es por eso que las hojas del Laurel nunca se pudren, solo se secan y se conservan, porque es el cuerpo de la hija de uno de los dioses más poderosos del Mediterráneo.
Apolo y Dafne. Piero Pollajuolo (1441-1496) |
Sicoromo |
Vista general del ficus del parterre. |
Riada de 1957, donde las aguas alcanzaron 3.20 metros de altura. El ficus arriba a la izquierda. |
Todas las entradas de los árboles extraordinarios de Valencia, se las dedico a mi abuela, quien me enseño la afición por la jardinería, y el gusto por los árboles contándome las historias y nombres de todos ellos junto el de las flores.
Cristales de playa y conchas, los tesoros de nuestras playas. Fotografía: Isabel Balensiya. |
Callejero, el verano ha llegado ya a nosotros. Seguramente ya habrás visitado las playas, disfrutando de sus aguas y sobre todo paseado por las arenas de sus riberas, deteniéndote de vez en cuando a coger una concha, una piedrita, o si tienes suerte un fragmento de cristal rodado. Tal vez para alguien del interior, eso no sea más que “basuras”, pero tiempo atrás, apenas cien años, eso eran tesoros para los pescadores.
En
las playas de la Malvarrosa y las Arenas, junto a la desembocadura antigua del
rio Turia, antes de que el Puerto de Valencia se desplegara como lo hizo a
finales de la década de los 60, allí había cabañas – por no decir chozas –
dónde vivían los pobres pescadores. Aquellas almas humildes que fueron
retratadas por el ilustre Joaquín Sorolla en sus afamados oleos.
El pescador - Sorolla (1904) |
Esas gentes, apenas tenía para vivir. Si tenían buena pesca, subían con su carreta llena de pescado a venderlo directamente a la ciudad de Valencia, 4 kilómetros que ahora no nos afectan debido a los transportes de motor y las calles asfaltadas y acondicionadas. Pero apenas un siglo atrás, la Avenida del Puerto no era más que, el denominado Camino del Grao, una larga senda de tierra, con matorrales en sus orillas, flanqueada de campos y la acequia de Algirós. Un camino costoso en una tartana con tiro a caballo.
La playa de Valencia a la derecha, la ciudad a la izquierda y y el Camino del Grao (Avd. del Puerto en verde) Al alrededor todo campos. Coloreado y rotulación: Isabel Balensiya |
En cambio, en las tierras del interior de Valencia, y en la propia ciudad, la única agua en la que podían pescar y disfrutar era la del rio Turia. El Turia, nuestro padre que nos otorgó la vida, pero que muchas veces embravecido, ha arramblado con todo a su paso: riberas del río, campos de cultivo, molinos… Pero sobre todo, aquellas humildes casitas de venidos de Teruel o de otras zonas, que al no poder costearse una vivienda en Valencia, las construían junto a los pretiles del Turia.
Casitas humildes junto al pretil del Turia dentro de Valencia (1949) |
El rio cabreado arramblaba con todo, dejando al pobre labriego, aún más pobre y desvalido por su osadía de construir su vivienda dentro de la del rio. Arrastraba no solo las vallas de madera y los tapiales de barro y cal, sino también se llevaba los enseres y los animales del corral.
Aún
así, el Hombre lleno de estupidez – o de soberbia – continuará construyendo su
casa cerca de los caudales de los ríos, desecando su lecho, pensando que tal
vez un muro podrá contener sus aguas. ¡Iluso de él! Cuando el río despierta
cabreado, recuerda con orgullo cual es su sitio y vengativo lo reconquistará con
la peor de las cruezas. Pasarán los siglos y en vez de mantener el lecho limpio
de cañas y basuras, lo oprimiremos más. Sigue la vida del Hombre, pero también la
del Rio con su obra de destrucción, arrastrando hacía el mar todo aquello que
se le interpone a su paso.
De esta manera es como el labriego valenciano o turolense perdía su casa y los muebles que tanto esfuerzo le habían costado tener. En cambio, al humilde pescador de la Malvarrosa, que siempre ha estado velando la lenta muerte del Turia a los pies del Mediterráneo, se le es recompensado con la tragedia de otros. Cuando las revueltas aguas llegaban a su desembocadura comenzaba el acto más peligroso, el de salir con la barca a faenar; la de lanzarse a las turbias aguas llenas de barro del Turia, que con fuerza acababan en un mar impetuoso teñido de cobre terroso. Los pobres pescadores exponían sus vidas a la fuerza del agua, para rebuscar entre el fango, poder rescatar algún resquicio de aquellos enseres que el Turia ha arrebatado al jornalero y al labriego en las tierras más altas de Valencia.
Ellos
vivían en la más extrema de las pobrezas, en barracones de madera, o en humildes
casitas cerca de la playa viviendo del pescado. En ese momento podían encontrar
algún saco de grano de algún molino, para hacer pan. Alguna gallina o cerdo
ahogado con el que hacer caldos o guisos para alimentar a los hijos y padres
ancianos, aunque parezca increíble hoy en día.
Los
grandes maderos, empalizadas o puertas servían para construir nuevas cabañas.
Alguna cómoda, cama, sillas, ¡con suerte un espejo! – que haya sobrevivido al
choque continuo de las aguas y los arrastrones – que antes lucían en las
habitaciones de algún molinero o traídos con esfuerzo desde Teruel, eran el
regalo perfecto para aquella pareja de novios pescadores, que estaban a punto
de casarse. De esta manera podrían dotar su choza de algunas comodidades y arreglarla
con estos muebles desvencijados, estropeados, con unas cortinas hechas de redes
de pesca decoradas con conchas y el aire junto al salitre resecando las tablas
de madera que conformaban su nuevo feliz hogar, hecho con los despojos y las
tristezas de otros.
Una casa de pescadores valencianos. |
Así pues, callejero, esa tendencia decorativa llamada coastal beach que “inunda” nuestras casas de conchas marítimas, de adornos hechos con redes de pesca, cuerdas, maderas envejecidas y emblanquecidas, otras tintadas de azules, cristales de playa o esmerilados, que tan caros pueden resultarnos, no lo ha inventado un diseñador inspirado, sino nuestros antepasados pescadores en todas las costas del mundo.
Click y te enseño ideas de decoración |
Es por eso, y en recuerdo de aquellos humildes, que te invito a reverenciarte, a inclinarte, e ir recogiendo algunas conchas, cristales, palitos de madera y te enseño como hacer algún adorno para tu casa o tu terraza para que, al contemplarlo, pienses en que la basura de algunos es un tesoro para otros.
¡Feliz Verano!
Disfruta
del sol con moderación y mantén limpia de los sempiternos plásticos las playas.
Los materiales: Necesitas cristalitos de playa, piedritas, ramitas, conchas e hilo de nylon resistente. También loctite.
Diversos cristalitos recolectados durante años Fotografía: Isabel Balensiya. |
Elaboración de un diseño sencillos. Fotografía: Isabel Balensiya. |
Con palitos de brocheta y trocitos muy pequeñitos de cristal. Fotografía: Isabel Balensiya. |
Otro ejemplo ideal para decorar terrazas Fotografía: Isabel Balensiya. |
Ejemplo de joya marítima. Elaboración y fotografía: Isabel Balensiya. |